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A recent meeting to review Pakistan’s score on the 17 Sustainable Development Goals (SDGs) left us attendees with mixed feelings. Favourable progress in some areas is eclipsed by a falling score in other, meaningful goals. Everyone at the said meeting pointed out that there is strong political will in Pakistan to address some pressing hurdles in implementing the SDGs. But there are still significant challenges that hinder quick reform efforts. We grouped these challenges under five headings: capacity, coordination, communication, costing, and consistency (for reform).

Such an exercise allows one to look more closely into national or sub-national challenges in the implementation of SDGs. But the discussion remained rather weak when it came to the issue of how what we know as “global systemic concerns” could impact Pakistan’s desire to achieve these goals. Global systemic concerns refer to developments on a large scale with global impact. This could be, for example, arms trafficking, trade and climate negotiations, food security and pollution. It is to the credit of Southern Voice’s “State of the SDGs”-initiative that several developing countries (among them Pakistan) have now been encouraged to study such systemic concerns. They are looking into the transmission mechanisms through which these concerns could impact national societies, markets, and governments.

Our research

In an upcoming synthesis paper, our team of researchers at the Sustainable Development Policy Institute (SDPI, Pakistan) and Southern Voice, look at several kinds of global systemic concerns and how these could impact the status of SDGs implementation globally. In Sri Lanka, we studied how industrial automation (4IR) could influence poverty and welfare via channels of employment and migration. For India, the researchers note how climate change could affect gender disparities. A team is also looking at the case of Nigeria, where new technology could influence education outcomes through e-learning tools. However, due to lack of access to information and communication technologies, for some regions, this could result in inequalities.

Global systemic concerns also have a security dimension. For example, arms proliferation, backed by private financing in developing countries, could threaten human development outcomes. Similarly, a massive influx of refugees could easily result in additional pressures on national infrastructure and public services like hospitals. It needs to be supplemented by proper administrative arrangements, as per the United Nation’s guidelines, to house and provide livelihoods to new entrants.

A global response is needed

The efforts to deal with global systemic concerns like climate change, disaster risk reduction, migration, displacement effect of technologies, arms proliferation etc. need to go beyond just national-level interventions. There has to be a regional and global effort. This would enhance the capacities of national and sub-national governments to deal with or mitigate the impacts of such challenges.

Let’s look at the case of what it would take to combat illicit financial flows, for example. Countries will need to look beyond just sovereign states. They will need to open up the record of their global transactions to authorities such as the Financial Action Taskforce or Asia Pacific Group on anti-money laundering. These entities can then suggest ways to mitigate such flows, known to heighten conflict and violence across continents. The intervention, in this case, cannot be limited to just taking steps to curb incidence of regulatory abuse, money fuelling local violence or channelled towards funding dubious political establishments in fragile countries or tax evasion. Rather, a broader intervention will include safety nets for those who are directly or indirectly affected by such illicit financial flows. These may include child soldiers recruited by armed groups or women and children in regions rife with illegal activities backed by unchecked monies.

The role of academia and the private sector

Academia and policy researchers must seek to embed debates dealing with global systemic concerns in national-level efforts to leave no one behind, south-south cooperation, financing of SDGs, data for development and delivery of SDGs at the grassroots level. A key lesson from the millennium development goals (MDGs) experience was the importance of giving the private sector a role. A partnership between this sector, government and civil society organisations can lead to longer-lasting outcomes. This, however, requires further research. It would help large business enterprises across the globe understand how their contribution should not just be limited to corporate social responsibility. Instead, it should be in the spirit of becoming active partners in addressing global systemic concerns and even imagining a business case to address such concerns.

Cuestiones sistémicas globales relacionadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Por Vaqar Ahmed


22 de octubre de 2019

Recientemente asistí a una reunión para revisar el puntaje de Pakistán en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los resultados nos dejaron a los asistentes con sentimientos encontrados. El progreso favorable en algunas áreas se ve eclipsado por la caída de la puntuación en otros objetivos. Todos los presentes en dicha reunión señalaron que existe una fuerte voluntad política en Pakistán para abordar algunos obstáculos urgentes en la aplicación de los ODS. Pero todavía quedan importantes desafíos que dificultan los esfuerzos de reforma rápida. Agrupamos estos desafíos bajo cinco encabezados: capacidad, coordinación, comunicación, costos y consistencia (en la reforma).

El ejemplo de Pakistán nos permite examinar más de cerca los desafíos nacionales o sub-nacionales en la implementación de los ODS. Sin embargo, el debate fue bastante débil en lo que respecta a la cuestión de cómo las llamadas “cuestiones sistémicas globales” podrían repercutir en el deseo del país de alcanzar esos objetivos. Las preocupaciones sistémicas mundiales se refieren a los acontecimientos a gran escala con repercusiones globales. Podría tratarse, por ejemplo, de tráfico de armas, negociaciones comerciales y climáticas, seguridad alimentaria y contaminación. La iniciativa de Southern Voice “El estado de los ODS” tiene el mérito de haber alentado a varios países en desarrollo (entre ellos Pakistán) a estudiar justamente esas cuestiones sistémicas. Estudian los mecanismos de transmisión a través de los cuales esas cuestiones podrían afectar a las sociedades, los mercados y los gobiernos nacionales.

Nuestra investigación

En un futuro documento de síntesis, nuestro equipo de investigadores del Instituto de Políticas de Desarrollo Sostenible (SDPI, Pakistán) y de Southern Voice, examinará varios tipos de cuestiones sistémicas globales y cómo éstas podrían afectar al estado de implementación de los ODS a nivel mundial.

En Sri Lanka, estudiamos cómo la automatización industrial (4IR) podría influir en la pobreza y el bienestar a través de los canales de empleo y migración. En el caso de la India, los investigadores observan cómo el cambio climático podría afectar a las disparidades de género. Un equipo también está estudiando el caso de Nigeria, donde las nuevas tecnologías podrían influir en los resultados de la educación mediante instrumentos de aprendizaje electrónico. Sin embargo, debido a la falta de acceso a tecnologías de la información y comunicaciones, en algunas regiones esto podría dar lugar a desigualdades.

Las cuestiones sistémicas globales también tienen una dimensión de seguridad. Por ejemplo, la proliferación de armas, respaldada por financiamiento privado en los países en desarrollo, podría amenazar los resultados en desarrollo humano. Del mismo modo, una afluencia masiva de refugiados podría fácilmente dar lugar a presiones adicionales para la construcción de infraestructura nacional y para proveer servicios públicos como hospitales. Es necesario complementarla con disposiciones administrativas adecuadas, de conformidad con las directrices de las Naciones Unidas, para alojar y proporcionar medios de subsistencia a los nuevos entrantes.

Se necesita una respuesta mundial

Los esfuerzos para hacer frente a las cuestiones sistémicas globales, como el cambio climático, la reducción del riesgo de desastres, la migración, el efecto del desplazamiento de tecnologías, la proliferación de armas, etc., deben ir más allá de meras intervenciones a nivel nacional. Tiene que haber un esfuerzo regional y mundial. Esto aumentaría la capacidad de los gobiernos nacionales y sub-nacionales de enfrentar esos retos o mitigar sus efectos.

Examinemos el caso de lo que se necesitaría para combatir las corrientes financieras ilícitas, por ejemplo. Los países tendrán que mirar más allá de los meros Estados soberanos. Tendrán que abrir el registro de sus transacciones mundiales a autoridades como el Grupo de Acción Financiera Internacional o el Grupo de Asia y el Pacífico para la lucha contra el lavado de dinero. Esas entidades podrán entonces sugerir formas de mitigar esas corrientes, bien conocidas por agravar conflictos y generar violencia en todos los continentes. La intervención, en este caso, no puede limitarse a la simple adopción de medidas para frenar la incidencia de los abusos normativos, el dinero que alimenta la violencia local o que se canaliza hacia la financiación de establecimientos políticos dudosos en países frágiles, o la evasión fiscal. Más bien, una intervención más amplia incluirá redes de seguridad para quienes se vean afectados directa o indirectamente por esas corrientes financieras ilícitas. Entre los afectados pueden figurar los niños soldados reclutados por los grupos armados o las mujeres y niños de las regiones donde abundan las actividades ilegales respaldadas por dinero sin control.

El rol de la academia y del sector privado

La academia y los investigadores de políticas deben tratar de incorporar los debates que tratan cuestiones sistémicas globales en los esfuerzos a nivel nacional para no dejar a nadie atrás, la cooperación Sur-Sur, el financiamiento de los ODS, los datos para el desarrollo y la ejecución de los ODS a nivel de grupos de base. Una lección fundamental de la experiencia de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) fue la importancia de darle un papel al sector privado. Una asociación entre este sector, el gobierno y las organizaciones de la sociedad civil puede dar lugar a resultados más duraderos. Sin embargo, esto requiere mayor investigación. Ayudaría a las grandes empresas comerciales de todo el mundo a comprender cómo su contribución no debe limitarse a la responsabilidad social de las empresas. Más bien, deberían tener el espíritu de convertirse en socios activos para afrontar las cuestiones sistémicas globales e incluso poder imaginar una sociedad de investigación colaborativa para atender dichas preocupaciones.

Préoccupations systémiques mondiales liées aux Objectifs de Développement Durable

Par Vaqar Ahmed

Le 22 octobre, 2019

Lors d’une récente réunion visant à examiner le score du Pakistan sur les 17 Objectifs de Développement Durable (ODD), les participants ont eu des sentiments mitigés. Les progrès favorables dans certains domaines sont éclipsés par une baisse des résultats dans d’autres objectifs significatifs. Tous les participants à cette réunion ont souligné qu’il existe une forte volonté politique au Pakistan de s’attaquer à certains obstacles pressants dans la mise en œuvre des ODD. Mais il reste des défis importants qui entravent les efforts de réforme rapides. Nous avons regroupé ces défis sous cinq rubriques : capacité, coordination, communication, calcul des coûts et cohérence (pour la réforme).

Un tel exercice permet d’examiner de plus près les défis nationaux ou infranationaux dans la mise en œuvre des ODD. Mais la discussion est restée assez faible lorsqu’il s’est agi de savoir comment ce que nous appelons les “préoccupations systémiques mondiales” pouvaient avoir un impact sur le désir du Pakistan d’atteindre ces objectifs. Les préoccupations systémiques mondiales font référence à des développements à grande échelle ayant un impact mondial. Il peut s’agir, par exemple, du trafic d’armes, des négociations commerciales et climatiques, de la sécurité alimentaire et de la pollution. C’est grâce à l’initiative “L’état des ODD” de Southern Voice que plusieurs pays en développement (dont le Pakistan) ont désormais été encouragés à étudier ces préoccupations systémiques. Ils étudient les mécanismes de transmission par lesquels ces préoccupations pourraient avoir un impact sur les sociétés, les marchés et les gouvernements nationaux.

Nos recherches

Dans un prochain document de synthèse, notre équipe de chercheurs de l’Institut des Politiques de Développement Durable (SDPI, Pakistan) et de Southern Voice, examinera plusieurs types de préoccupations systémiques mondiales et la manière dont elles pourraient avoir un impact sur l’état de la mise en œuvre des ODD à l’échelle mondiale. Au Sri Lanka, nous avons étudié comment l’automatisation industrielle (4IR) pourrait influencer la pauvreté et le bien-être par le biais des circuits de l’emploi et de la migration. Pour l’Inde, les chercheurs notent comment le changement climatique pourrait affecter les disparités entre les sexes. Une équipe se penche également sur le cas du Nigeria, où les nouvelles technologies pourraient influencer les résultats de l’éducation grâce aux outils d’apprentissage électronique. Toutefois, en raison du manque d’accès aux technologies de l’information et de la communication, cela pourrait entraîner des inégalités dans certaines régions.

Les préoccupations systémiques mondiales ont également une dimension sécuritaire. Par exemple, la prolifération des armes, soutenue par le financement privé dans les pays en développement, pourrait menacer les résultats du développement humain. De même, un afflux massif de réfugiés pourrait facilement entraîner des pressions supplémentaires sur les infrastructures nationales et les services publics tels que les hôpitaux. Il convient de compléter ces mesures par des dispositions administratives appropriées, conformément aux directives des Nations Unies, afin de loger les nouveaux arrivants et de leur fournir des moyens de subsistance.

Une réponse globale est nécessaire

Les efforts déployés pour faire face aux préoccupations systémiques mondiales telles que le changement climatique, la réduction des risques de catastrophe, les migrations, l’effet du déplacement des technologies, la prolifération des armes, etc. doivent aller au-delà de simples interventions au niveau national. Il faut un effort régional et mondial. Cela permettrait de renforcer les capacités des gouvernements nationaux et infranationaux à faire face à ces défis ou à en atténuer leurs effets.

Examinons, par exemple, ce qu’il conviendrait de faire pour lutter contre les flux financiers illicites. Les pays devront regarder au-delà des simples États souverains. Ils devront ouvrir le registre de leurs transactions mondiales à des autorités telles que le Groupe d’Action Financière ou le Groupe Asie-Pacifique sur le blanchiment d’argent. Ces entités pourront alors suggérer des moyens d’atténuer ces flux, connus pour intensifier les conflits et la violence sur les continents. L’intervention, dans ce cas, ne peut se limiter à prendre des mesures pour réduire l’incidence des abus réglementaires, l’argent alimentant la violence locale ou canalisé vers le financement d’établissements politiques douteux dans des pays fragiles, ou l’évasion fiscale. Plutôt, une intervention plus large comprendra des filets de sécurité pour ceux qui sont directement ou indirectement touchés par ces flux financiers illicites. Ceux-ci peuvent inclure des enfants soldats recrutés par des groupes armés ou des femmes et des enfants dans des régions où les activités illégales sont nombreuses et soutenues par des fonds non contrôlés.

Le rôle du monde académique et du secteur privé

Le monde académique et les chercheurs en politiques doivent veiller à intégrer les débats portant sur les préoccupations systémiques mondiales dans les efforts nationaux visant à ne laisser personne pour compte, la coopération sud-sud, le financement des ODD, les données pour le développement et la réalisation des ODD au niveau local. L’un des principaux enseignements tirés de l’expérience des Objectifs du Millénaire pour le développement (OMD) a été l’importance de donner un rôle au secteur privé. Un partenariat entre ce secteur, le gouvernement et les organisations de la société civile peut conduire à des résultats plus durables. Cela nécessite, toutefois, des recherches plus approfondies. Cela aiderait les grandes entreprises du monde entier à comprendre comment leur contribution ne devrait pas se limiter à la responsabilité sociale des entreprises. Celles-ci devraient plutôt s’efforcer de devenir des partenaires actifs dans la résolution des préoccupations systémiques mondiales et même imaginer un partenariat de recherche collaboratif pour répondre à ces préoccupations.